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domingo, 27 de febrero de 2011

Tinta de marfil

El hechizo de tu mirada de papel extiende un velo turbando mi razón
Venus eterna que el martillo del tiempo no mancilló
El calor del deseo repta por mis venas y se apodera de todo mi ser, hechizándome
Mi corazón, sediento de amor carnal, desfallece
Quiero sentir la cadencia de tus caderas
Dejarme llevar por el latir de tu tibio vientre
Sucumbir al calor embriagante de tus muslos
Aplacar mi fuego en la voluptuosidad de tus senos perfectos
No me importa mi alma lacerada por la culpa de entregarme a la lujuria pagana
¡Estallan mis entrañas! Silencio
Pecado encarnado en versos escritos con tinta de marfil
Savia nueva y palpitante, viva, es mi ofrenda
Desfallezco embriagado de placer
Reposo a tu lado imaginándote mía, cercana, real
Siento un vacío en mi pecho porque  tus labios palpitantes no se fundirán con los míos
Jamás sentiré la brisa de tu aliento, el perfume de tu pelo
Nunca beberé tus lágrimas de cristal
Lo único que vuelve a mí es tu sonrisa de papel, forzada, artificial
En mi mano sólo quedan estas palabras, sólo eso
Palabras escritas con tinta de marfil.

viernes, 18 de febrero de 2011

Mar de China

Curtido por el arduo trajinar en altamar
Tatuajes de tinta y años vividos y sufridos cubren su ser
Duro hijo de Poseidón
Diez años en tierra, una década de dolor en su corazón
Profunda cicatriz de una daga invisible
Mira correr el agua con nostalgia
Todas las noches la misma silla en el mismo bar
Un hombre vacío, un alma descarnada
Beber y recordar
Remembranzas de un amor de jade en Shanghai
Meretriz que nunca supo ni imaginó lo que despertó
Áspero hombre de mar que mira y no ve
Una triste sonrisa esbozada, mueca trágica
La bruma que cubre sus ojos se disipa
Reflejo de estrellas sobre el agua calma
En su iris aún destella el Mar de China.

martes, 15 de febrero de 2011

La palabra I

Divagando sobre la palabra me vino a la mente lo siguiente:

Que triste es no tener la palabra justa en el momento justo, la muy escurridiza surge cuando el momento preciso pasó hace rato.

Tiempo después leyendo algo de Galeano (Irene de por medio) me topo con esto:

Ventana sobre la palabra V

Javier Villafañe busca en vano la palabra que se le escapó justo cuando iba a decirla ¿Adónde se habrá ido esa palabra que tenía en la punta de la lengua?
¿Habrá algún lugar donde se juntan las palabras que no quisieron quedarse? ¿Un reino de las palabras perdidas? Las palabras que se te fueron, ¿dónde te están esperando?

Eduardo Galeano – Las palabras andantes

Y me tomé el atrevimiento de ensayar una respuesta, de hereje nomás…

Amigo:
Tengo un secreto para contarte, acércate, ven, escucha. Esa palabra esquiva que tenías en la punta de la lengua; no se fue a ningún lado, no te ilusiones con un reino de palabras perdidas, no alientes la falsa esperanza de que esperan por ti en algún lugar. Esas palabras que se te escaparon, en realidad siguen en vos…

miércoles, 9 de febrero de 2011

"Sacrificio"

Paciencia, una virtud característica de mi especie que agradezco enormemente tener.
Tanteo las finas hebras perladas por el rocío de la mañana. Pasan las horas, el hambre no logra quitármela de la cabeza; el miedo me aguijonea pero no me petrifica, debo ser muy cuidadoso; el instinto y el deseo superan mis ganas de huir; la veo, tan bella como peligrosa, pero quiero sentirla, seducirla, cautivarla y derramar mi simiente dentro de su ser. Debo llegar a ella, cautela, confío en mi capacidad. Me acerco lentamente, ella duerme; la toco suavemente; despierta embelesada por mis pródigas caricias; una corriente recorre mi cuerpo, es el éxtasis, ella siente lo mismo, lo noto; todo su - ahora - laxo ser destila satisfacción. Faena cumplida ¿podré repetirlo alguna vez? ¿se entregará tan dócilmente? Dudo. Error fatal. Un movimiento apenas perceptible, una perla de agua se desliza y cae al vacío; siento un frío que se apodera lentamente de mí. Estoy inmovilizado, con horror observo como mi bella amada se transformó en la peor de mis pesadillas, comienza a devorarme. La escena parece irreal ya que no siento dolor. En pocos segundos no estaré en este mundo, pero mi legado ya late dentro suyo. Sacrificio vital y cruel; así es desde el origen de los tiempos, pocos perecemos para que muchos vivan. 

Este es el cruel destino de la araña macho, ser un amante gallardo y a la vez… un buen almuerzo.