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martes, 22 de noviembre de 2011

De barro somos.



Las leyendas pieles rojas cuentan que Manitú una mañana decidió hacer al hombre y para esto tomó un poco de barro lo moldeó y creó una figura que luego metió en un horno, luego de varios intentos fallidos (lo que lo llevó a crear la raza negra, la blanca y la amarilla) logró tener en su mano a un hermoso hombre de color cobrizo.
Los antiguos sumerios creían que el hombre había sido creado a partir de arcilla moldeada y forjada en un horno con el objetivo de llevar a cabo trabajos que los dioses no querían hacer.
Las creencias judeo-cristianas-islámicas afirman que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza a partir de una figura hecha con barro.
 En la mitología griega el titán Prometeo decidió robar fuego del Olimpo para animar sus hombres de barro, Zeus en venganza creó a la mujer...
El dios alfarero del Antiguo Egipto Khnum torneaba las figuras hechas con barro del Nilo para que la diosa Heket les insuflara vida justo en el instante previo al nacimiento.
Existen muchas leyendas, mitos y creencias sobre la aparición del hombre, pero varias de ellas coinciden en que los hombres fueron creados a partir de figuras moldeadas en barro y luego cocidas con fuego. Si los dioses hubieran querido construir marionetas que actuaran según sus deseos no le habrían otorgado el don de la palabra (que es una herramienta fundamental a la hora de moldear almas). Ahora bien, si estas divinidades hubiesen sido capaces de ver el futuro y vislumbrar en lo que sus creaciones se convertirían, dudo mucho que les hubieran otorgado el soplo de la vida, o no... tal vez sólo seamos un trozo de arcilla semi-cruda esperando el último golpe de horno.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Demasiado tarde



Y llegó el día en que los hijos de los dioses se creyeron dioses.
Se olvidaron del amor por la naturaleza y la sojuzgaron, la mancillaron, la despreciaron tanto como la necesitaron. Y ella estuvo allí, estoica, amándolos sin reservas, dando, siempre dando y perdiendo, sangrando.
Pero al final todo termina, los falsos dioses ahora lloran, tienen miedo, la tierra muere. Ellos imploran a dioses demasiado cansados de perdonar.

Opciones



Sus ojos se posaron en la mujer rubia.
La mano señaló al chico de la moto.
El perfume de la anciana la sedujo.
El joven cantante endulzó sus oídos.
Saboreó el miedo del ladrón.
Para la muerte todas son buenas opciones para probar su nueva guadaña.