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miércoles, 28 de octubre de 2020

Vamos

 



Soy todo y nada, no tengo nombre, pero me conoces bien. Me sientes. Siempre estuve ahí.

Estuve libando del cosmos desde lo profundo de la tierra, donde la raíz late y la sangre alimenta. Vengo a entregarme en holocausto carnal. El premio no es la salvación tampoco lágrimas. El sentido depende de vos.

Vamos, toma mi mano, siente mi piel, es tuya es de todos.

Vamos, camina de nuevo por mi pecho.

Vamos, saltemos en colores.

Vamos, amémonos sin tocarnos.

Nuestros ojos serán cómplices de esta vida. Anímate. Ayúdame. Tengo sed.

¿Vamos?

sábado, 24 de octubre de 2020

1973

 


La primera vez que lo vi me impresionó su porte, su andar y un rostro casi perfecto coronado con una sonrisa a lo Clark Gable. Pasó y apenas se fijó en mí, pero bastó un cruce de miradas para que el piso desapareciera bajo mis pies.

Con el tiempo pude acercarme a él, me convertí en una especie de mucama personal, lo atendía en lo que necesitara, siempre para él estaba y en mi mente él estaba para mí.

Un día no pude con mis ganas y lo espié mientras se duchaba, ahora era un fuego que recorría mi cuerpo al ritmo de sus manos enjabonándose, la lujuria obró y mis ojos se posaron en su miembro, tuve que taparme la boca para no gritar, al borde del desmayo salí corriendo. Me acosté y soñé.

Creo que él sabía de la atracción que ejercía en mí. Pequeños roces, guiños, palabras. Y entonces sucedió, una mañana me convocó a su cuarto con la excusa de darme ropa para lavar, al llegar, ahí estaba, apoyado en su escritorio, toalla a la cintura, pelo húmedo, unas gotas perlaban su frente y su pecho, alcancé a adivinar su excitación bajo la toalla. Me acerqué con todo el miedo del mundo y él me rodeó la cintura con sus brazos, mis labios buscaron sus labios, mi mano buscó el objeto de mis desvelos. Me tomó ahí, sobre el escritorio como en las películas, era mi primera vez, un dolor gozoso me atravesó, mi corazón saltaba de amor, de un dulce amor. No recuerdo si fueron 10’ o una hora, nos despedimos con un beso furtivo, clandestino, como nuestro amor.

Fue una relación de casi un año, uno de los años mas felices de mi vida, 1973, nada volvió a ser lo mismo.

En diciembre se graduó de Alférez de la FFAA, mi cadete era ahora un oficial. A mi me dieron de baja en la última tanda, la colimba había llegado a su fin. Volví a casa, a mis viejos, a salir con la barra del barrio, a pasear con mi novia y a soñar con mi cadete eterno.

Mandarina




 Mandarina, mandarina

¿Cuándo serás mía?
Naranjita de los pobres
Dulce aroma en la piel
Mandarina, mandarina
¿Cuándo serás mía?
-Nunca, nunca- me dijiste
-Soy de otro y vos también-
Mandarina, mandarina
Tu acidez me mata.

Payasito



 Payasito ojos de corazón

En el fulgor de un golpe de resorte en la esquina de mi cuaderno se instaló. Es un dibujito que se me ocurrió. Desde ahí juega con las palabras que escribo, las mezcla, las esconde o las pone de cabeza. Pero hay una de la que se enamoró (la desea tanto que no la toca). Eternidad.

jueves, 22 de octubre de 2020

Sueño húmedo

 


Un estallido azul trajo tu luz

Y tus dientes se encarnaron en mis labios
Y tus uñas dibujaron placer en mi espalda
Nuestros cuerpos repitieron esa coreografía obscena multiplicada en plata trémula
Y mis dedos se enredaron en tus cabellos
Y mis caderas buscaron fundirse en vos
Un zumbido y los ojos bostezan
Afuera llueve
La cama está vacía

miércoles, 21 de octubre de 2020

Puto



 Puto yo

Puto vos

Puto el
Puto ella
Puto el que llora
Puto el que lee
Puto el amo
Puto el que canta
Puto el que se desnuda
Puto el que besa
Puto el que pinta
Puto el que ama
Puto el que no pelea
Puto el que lucha
Puto el que marcha
Puto el que tiene miedo
Puto el que limpia
Puto el solidario
Puto el valiente
Puto el que no se calla
Puto el que escribe
Puto re puto
Puto

La Peatonal II

 


Una vez me preguntaron qué era para mí la peatonal y respondí:

Es la languidez de una sombra lunar, las zumbonas lágrimas del sol, el sonido de un taconeo en la humedad del embaldosado, la metralla de luces nocturnas, el chirriar de persianas metálicas, el color de las voces y la música, es una niña perdida, las explosiones de una marea humana, el olor que aviva estómagos, es un hormiguero sin reina, un culo en un jean apretado, una carita pegoteada, la tristeza del que no tiene techo, la alegría del cuarteto, el vendedor de ilusiones, historia viva y muerta, promesas y deseos, es vorágine y remanso, la velocidad del tiempo, el vapor de azúcar, es una mano extendida que pide, es campanadas y rezos, es un llanto, es una sirena cercana, la carrera del que huye y la estoica espera de un amor. Es el latido de miles de corazones.
Es la esperanza de un próximo beso tuyo.

Salvaje



 En mi jardín crecía un yuyo que tenía una flor, traté de arrancarlo varias veces y siempre sus espinas me lo impedían. Un día dejé de intentar y me limité a gozar de su salvaje hermosura. Fue un buen cambio.

Ahora espero que la flor se marchite.
Me compré unos guantes de cuero re pulenta.