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jueves, 28 de noviembre de 2013
(Des)Encanto
Desencanto: la mirada de un niño que se enteró que la Luna es sólo una roca flotando en el espacio... sin brillo propio... condenada a correr tras un sol inalcanzable.
martes, 8 de octubre de 2013
Quiero
Quiero deshojar tu cuerpo con mis besos, pétalo a pétalo,
sucumbiendo al abrazo de tu aroma.
Quiero leerte con mis manos, decodificando cada secreto de
tu piel, descubriéndote viva.
Quiero perderme en el laberinto de tus cabellos, cascada que
invita a caer en el marfil de tu cintura.
Quiero libar de tu sexo y así sentir el palpitante vaivén de
tu pecho -ritmo cadencioso- en musical
orgasmo de dedos crispados.
Quiero mirarte a los ojos y sentirnos eternos.
(Te) Quiero.
viernes, 4 de octubre de 2013
La mica de tus ojos.
En una plaza violeta sentada en una rosa te
vi. El viento se tomaba el trabajo de despeinar, uno a uno, tus cabellos en una
brillante cámara lenta. Caminé hacia vos y me alejé cada vez más. Y ahí
estabas, tu aroma, una caricia en sepia, me lo dijo. Te susurré al oído
palabras invisibles y me senté a tu lado. El sol hizo brillar la mica de tus
ojos, las mariposas se posaron en las espinas y formaron flores agitadas.
No nos tocamos, nos sentimos.
Vos allá, yo acá.
Como debe ser, como no queremos que sea…
Preguntas
¿De qué manera la pena deja de ser un lastre
para convertirse en una amable compañía?
¿Dónde está Dios cuándo el Diablo lo necesita?
¿Un poema de un solo verso será un uni-verso?
¿Por qué cuando encontramos una respuesta enseguida
buscamos otra pregunta?
Dos en uno.
Seres
Hay seres que poseen el secreto de la vida,
son extraños y muy raros. Tan raros que moran en las vísceras de las ranas. Por
las noches cuando la luna nos limpia con su frialdad, podemos escuchar a los
pequeños duendes que apretando las entrañas de los animalitos quieren
comunicarnos ese secreto. Lamentablemente nuestra razón sólo nos permite
apreciar el croar de los anfibios…
Lágrimas
Las lágrimas que no se lloran, las palabras
que no se dicen; los abrazos que no se dan; los besos perdidos; las canciones
olvidadas… son alfileres de plata negra clavándose en el pecho, son llamas
sucias que nos abrasan por dentro. Esperando el llanto; el verbo; el contacto;
la música que nos redima y transforme la
pena en alegría.
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