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jueves, 15 de noviembre de 2012

Redondéz



Contundente y voluptuosa
inabarcable redondéz
el amor late en tu interior.
Ojos de luz
fulgor infinito
te deseo más que nunca
te amo, los amo.

martes, 30 de octubre de 2012

La flor inalcanzable



Mi cielo está entre tus pétalos, mi infierno también.
Pero mi amor te marchitó.
Un colibrí metálico no puede alimentarse de una flor de seda.

martes, 18 de septiembre de 2012

Inspiración



La inspiración es necesaria para vivir, nos llena los pulmones de aire pero es incompleta si no es acompañada por la expiración.
Con la otra inspiración sucede lo mismo, si no logro expresarla y compartirla... morirá conmigo.

Tierra cansada



La tempestad lo sorprendió justo cuando el sapo estaba convencido de que sería príncipe.
Parecía una tormenta más, el vidriado bosque pétreo no se preocupo y siguió escupiendo a la luna, mostrando sus pútridos dientes, cagando pestes.
La tierra se revolvió, sacudiéndose, como queriendo desembarazarse de ese maldito parásito. El cielo se desgarró en un rojo antinatural, rojo de venganza, rojo de dolor. Lenguas de fuego lamieron los pies de los ídolos de barro, quebrándolos. La bestia ahora llora, suplica.
Los océanos pálidos colapsan. No es el fin, es un comienzo. El sol volverá a salir.
Pero el sapo nunca será príncipe, sólo será el rey de un pantano seco, de una tierra yerma...

Latencia



La vena late caliente. Sangre comprimida, pupilas dilatadas. Un segundo, una eternidad, una piedra cae en un estanque desantando un lujurioso caudal.
 La yugular, impúdica, ama.
Un delta azulado se dibuja en sus párpados.
Los cuerpos, laxos, yacen uno al lado del otro, unidos, destilando voluptuosidad.
Sus manos tocan una estrella.
El cielo raso los protege.
Viven.

martes, 28 de agosto de 2012

Sueño de Luna



Un día o mil.
Entre la oscuridad y el tormento el tiempo se vuelve espeso, tangible, se mezcla con el olor a heces y orines (el olor del miedo), con el gusto a sangre y con la omnipresente sed, formando un espiral  de locura, del que sólo logro escapar durante la noche, cuando los monstruos descansan y se reponen y son asaltados por los fantasmas del dolor causado. Mis fantasmas son otros. 
¿Podré soñar?
Todos hablan en algún momento, yo aguanté todo lo que pude pero mi cuerpo se desgarró y por sus fisuras el alma se me fue escapando de a poco, dejándome sin fuerzas, sin ganas de pelear, muerto sin morir. Di nombres de gente que no conocía, señalé lugares que nunca frecuenté, traicioné a mis compañeros y a ella. ¡Quiero soñar!
¿Cobarde? No, para nada, nunca (ruego a Dios que así sea) sentirán lo que yo sentí, es inexplicable, el dolor que estos monstruos imparten no es de este mundo, es un dolor que trasciende lo físico, es un dolor que pulveriza la vida.
Duele respirar.
Duele abrir los ojos.
Duele pensar.
Duele cada latido.
Duele vivir.
Pero no duele soñar.
Porque contra los sueños no pueden, el oscuro poder no logra mancillar ese último refugio. Quiero dormir, quiero volar.
Y sueño.
Cierro los ojos y veo un pedazo de cielo nocturno, un telón oscuro rasgado por una dentellada plateada. Es la luna y siento su frío abrazo. Una lágrima asoma, el dolor se desvanece, pido perdón y perdono. Me entrego a esos brazos tenues que me elevan y me alejan de este inmundo pozo, me voy, la vida… ya no duele.

jueves, 23 de agosto de 2012

Mirame




Mirame
Tu pelo ondulado surgiendo del resplandor candente es una visión de ensueño.
Mirame, mirame
Tu perfecto rostro reposa en un lánguido cuello, no veo la hora de recorrer esa suave geografía.
Mirame, mirame, mirame
Mi mirada se posa en tus senos, blancos, abundantes. Logro conjurar el desenfreno que me propone mi mano y la cierro en un pétreo puño.
Mirame, mirame, mirame, mirame
La turgencia de tus caderas me abruma, te deseo, quiero  tenerte a mi lado, gozarte, vivir ese mágico momento que nos debemos.
Mirame, mirame, mirame, mirame, mirame
Adivino, bajo ese velo resplandeciente, una curva inconmensurable cuyo fin es el lugar donde quiero detenerme, reposar, aspirar tu aroma y rejuvenecer.
Mirame, mirame, mirame, mirame, mirame, mirame
Ahora me detengo en tus manos, suaves alas que prometen un vuelo eterno e intenso…
Mirame, mirame, miram…
El maldito timbre, el entrometido siseo de la puerta que se abre, girás tu cabeza y no me ves ¡estoy perdido en esta marea humana que viaja apiñada en el 60!
Juro que mañana me animo y te encaro,  siempre y cuando me mirés…

lunes, 23 de julio de 2012

Fin del camino.




Perdido por perdido, no encontrado me siento. Ayer desandaba el camino solo, hoy me acompañan mis fantasmas, nos soy quien para ahuyentarlos, tampoco me animo y en realidad no sé si quiero. Una cosa lleva a la otra y en la gran balanza de la vida, la muerte es lo que más pesa. Sigo mi rumbo por la senda con mi pesado equipaje, mis fantasmas, mi pasado;  levanto la vista y creo atisbar el comienzo del futuro pero sigo sin siquiera acercarme. Quiero correr, acortar la distancia, aunque sea asomarme a su misterio pero algo me detiene, siento la fría mano del invierno que en una primavera se despide, mi corazón se va con él, como una alondra sin alas condenada a arrastrase en el polvo.
Los susurros de los espectros nítidamente se cuelan en mis oídos, presto atención y escucho voces que el pasado había enmudecido, tonos cálidos, tentadores acordes. De repente mis ojos húmedos chocan con sus ojos metálicos y centelleantes, se levanta una humareda que no deja ver, que hace lagrimear. La muerte ríe o llora, no lo sé, nunca puede descifrar un sentimiento en ese rostro descarnado donde priman esas dos cuencas vacías y oscuras que invitan a dar el salto.
No sé si caí o salté pero para abajo y adentro voy, la caída dura una eternidad hasta que el agua, tibia, me acoge en su seno, quiero nadar pero no puedo, quiero salir, respirar, abro la boca y sólo agua entra, me ahogo, pero no desespero. Acabo de comprender, es el fin del camino, los fantasmas de ojos centelleantes y dulce voz me abandonan, el equipaje ya no pesa.
Dirijo mi cabeza hacia arriba y veo a las dos cuencas, antes oscuras, brillando en lo alto, invitándome a subir…

lunes, 16 de julio de 2012

Pequeña fábrica de formas y colores.


El ojo se posó suavemente en los bellos colores de tus formas dinámicas e irrepetibles. Un cambio y otro y otro más. Explosiones de alegría, amplitud de sonrisa. Corazón e inocencia.
El niño embelesado contigo juega.

Instrucciones para inmortalizar esencias




Anímese, esa boca dentada no muerde. Vamos. Introduzca la mano en esas fauces y emulando a un pulpo tome el objeto en cuestión, ese aparatito que es imagen en potencia. Sáquelo, que la luz bañe su carcasa, ahora sí, sopéselo, mírelo y siéntalo. Familiarícese con él,  asimílelo hasta que se convierta en una parte de su ser.
Verá que presionando un botoncito podrá capturar el imperceptible movimiento de un árbol, paralizar el aleteo de un colibrí, plasmar en el infinito una sonrisa, eternizar un segundo.
Cada tanto cerciórese que el mentado artefacto tenga pilas. Son esos tubitos llenos de efímera vida electrónica.

jueves, 12 de julio de 2012

Una palabra...



Amor = un beso
Amor = un abrazo
Amor = sacrificio
Amor = sexo
Amor = una sonrisa
Amor = una mirada
Amor = un amigo
Amor = vida

A veces una palabra vale más que mil imágenes.

[Des]Encuentro









Te veo
Te miro
Te siento
Recuerdo cosas que nunca pasaron
Dolor y desazón que nuestras sonrisas borraron
Respiramos el mismo aire
Nos encandila el mismo sol
Nos enamora la misma luna
No nos buscamos
No me conoces, yo no te conozco
Pero
Te veo
Te miro
Te siento

Natalia



Natalia mira al cielo
una lágrima de cristal acaricia su mejilla.
Una flor y un cometa.
Abre su mano y su corazón brilla,
el fulgor pulveriza la lágrima,
la sombra desaparece bajo la risa esplendente.
Natalia ama y ya no extraña.

lunes, 18 de junio de 2012

Al palo




La tristeza es mía, felizmente mía.
La encontré sin buscarla. La conocí en un sueño de inmundo baño de bar, me sedujo en un recuerdo de jeringas llenas de dulce bazofia. La amé y  la saboreé en el plomo endiabladamente brillante donde el reflejo de mis ojos se fundía. Me buscó en la velocidad de las luces noctámbulas, cerré los ojos abriendo la coraza, vulnerándome y la perdí. Extraño el calor de su fría mano.
Ahora no quiero buscarla, ya habrá tiempo de enfrentarla una última vez.
La tristeza es mía, felizmente mía.

jueves, 14 de junio de 2012

Acróbata



Segundos interminables en el aire
La pirueta truncada por el toque de la suerte (que a veces es mala)
El acróbata cae al vacío, que no es vacío, es materia, es el piso...

Silencio (sólo tu perfume).








Nos detuvimos a contemplarlo.

“No hablan palabras
El anfitrión, el huésped
Y el crisantemo”*

Nuestras miradas se cruzaron, el destello de la tuya me abrumó
Busqué tu mano y tus dedos tocaron mi corazón
Quise hablarte pero no pude, sólo atiné a volver a mirar hacia delante
Una lágrima rodó por tu mejilla, un frío cristalizó la mía
Soltaste mi alma y el silencio me aturdió
Una luz enceguecedora te engulló
Sólo me queda tu perfume.


(*) Oshima Ryota

martes, 29 de mayo de 2012

Ausencia



Siempre fue tu omnipresente ausencia, un vacío que duele pero no desgarra, un pequeño dolor que atormenta todos los días.
Te recuerdo como el recuerdo de un recuerdo. Tu risa, tu olor, tus ojos, el sonido de tu voz, tus abrazos... sólo los puedo imaginar.
En la pequeña inmensidad del cuarto el silencio aturde, la soledad de la noche todo lo abarca y siento frío. Entonces cierro los ojos y te veo, pero no sos vos, sos sólo una representación mental, esa imagen no te pertenece, es mía, sólo mía y la uso para llorarte...

martes, 8 de mayo de 2012

Leer



La lectura nos regala un despertar diferente cada día, nuevas sensaciones que nos invaden el alma, nuevos cielos, otras miradas. Velos que se corren
Con la lectura, la noche no es la misma, la oscuridad no atemoriza. La soledad nunca más prevalecerá.
Soñaremos despiertos, despertaremos soñando.
La lectura nos colma y siempre querremos más.

miércoles, 2 de mayo de 2012

[Eterno] Deja Vú



El mismo despertar.
Aromas, sonidos y colores repetidos.
La misma calle reflejando -en su humedad- vidas pasadas, presentes y futuras.
Sueños pisoteados de un corazón de jean gastado.
El mismo sabor amargo del rutinario nuevo viejo día,
un deja vú eterno.
Repetición que sólo deja entrever el paso del tiempo en los surcos de su rostro gris.
La misma mirada triste,
los sueños ya no están,
la realidad lo abofetéa una vez más.


lunes, 16 de abril de 2012

La Luna




Las frías letras de una enciclopedia dirán “Único satélite natural de la Tierra.
Mentes más inocentes, y por lo tanto hermosamente imaginativas, creen que es de queso y que la habita un conejo de descomunales proporciones.
Los locos y poetas  -incomprensible  separación ésta, ya que los locos son poetas y viceversa-  verán en ella la inspiración, la fuente de donde beber versos y  un enorme pañuelo para enjugar lágrimas.
Pero todos sabemos que la Luna es un  espejo que refleja los rizos dorados del Astro Rey, pero es un espejo con voluntad propia, que negándose a su destino de mero reproductor de fulgores ajenos, suaviza con su dulce rostro ese destello cegador, lo palidece y lo enfría  lo suficiente como para que los locos, los niños,  los enciclopedistas y nosotros  podamos hacer lo que no podemos con el Sol.
 A la Luna podemos mirarla directamente sin lastimarnos los ojos y a la vez encandilarnos el alma…

martes, 10 de enero de 2012

Romanticismo puro.

Este relato realmente sucedió, los nombres no está alterados...



Cae el sol de la tarde, sus destellos se reflejan en el agua y nadan al compás de las olitas levantadas por los niños que juegan en la pileta ajenos al calor sofocante de enero. El verde del césped aquí y allá es interrumpido por las coloridas toallas de los bañistas.
Más allá, un poco alejados están ellos: Micaela y Dante, ajenos a todo se miran fijamente, se sonríen, como si estuvieran comunicándose mentalmente. Ese mágico momento parece durar una eternidad. Dante (adoptando una pose de galán de telenovela) baja la vista un instante para luego levantarla y con esos ojos grandes y melancólicos observar la dulce carita de Mica. Ella acomoda su lacio flequillo en un ademán típico de chica coqueta. Dante rompe el silencio:

-¿Escuchaste?
-No.
-Me tiré un pedo. ¿Y sabés por qué me tire un pedo?
-No.
-Porque tengo diarrea…

Micaela, volviendo a acomodarse el flequillo, mira con dulzura a Dante, muy lentamente lo toma de la mano y vuelven al maravilloso momento de mutua y silenciosa contemplación.
Cae el sol de la tarde, Micaela y Dante sólo tienen cuatro añitos…