No te soñé... te viví y reviví en una película en blanco y negro, danzando entre sábanas, reflejándote en la penumbra plateada de un obsceno espejo. Fuiste tormenta golpeando una playa pedregosa. Fuiste fuego arrasando un campo en otoño provocando aleteos en oscura huída. Fuiste el rocío sobre los adoquines de un pasaje que separa la casa de dios de la caverna de las miradas desaparecidas. Fuiste un último beso entrecortado por pasión y ternura.
Ahora sos una joya engarzada en la historia de un viejo corazón.
Imagen: http://revistaarlequin.blogspot.com.ar/2008/11/hermel-orozco.html
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